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Yo he visto al necio que echaba raíces
y al instante maldije su morada.
Sus hijos están lejos de toda salvación;
en la puerta de la ciudad serán aplastados
y no habrá quien los libre.
Lo que ellos cosechen lo comerá el hambriento,
y aun de las espinas lo tomará.
Y los sedientos absorberán sus riquezas.

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